Del Zen:
“El hombre es como el caracol, vaya donde vaya lleva consigo su propia casa”
“Queriendo volver a casa y no conociendo el camino, lloro lagrimas y mojo el pañuelo”
Quizás en estas dos frase, de dos maestros zen, puede resumirse nuestro sufrimiento.
No sabemos que “la casa”, ese lugar acogedor, donde se encuentra lo mas amado, y nos sentimos seguros, donde podemos ser mas nosotros mismos que nunca, se encuentra en nuestro interior y al no saberlo, lloramos lagrimas que mojan nuestros pañuelos….
Que pena, no?