La tarea de mirar nuevamente hacia dentro, de ir hacia el núcleo más profundo de nuestro “ser individual” es uno de los más hermosos trabajos que uno pueda cumplir, ademas de aquel mas necesario. No darse por sentado, no darse por conocido, ni siquiera por nosotros mismos y vivir abriendonos a un nuevo autodescubrimiento.
Quien somos verdaderamente? Cual es nuestra caracteristica esencial? La tònica que traemos junto a nuestro Yo Profundo o Esencia, y que necesita manifestarse para ser autènticamente nosotros mismos, no solo interiormente sino tambièn en nuestra manifestaciòn.
En nuestra Esencia se encuentra el sentido de nuestra vida individual y de su relaciòn con la vida universal. Cuando estamos en contacto con Ella tenemos una nueva oportunidad: la de obedecer a nuestro Ser màs ‘intimo. Cuando aprendamos a escucharlo veremos que nos habla en forma de intuiciones, a veces sorprendentes. Nos habla de libertad, de vivir sin temer perder, de amar el presente y lo que Es.
Respetando estas intuiciones iremos creando nuestro camino, único e irrepetible: un recorrido de vida que se halla en relación al “coraje de existir” como diceTillich. En efecto, ser nosotros mismos, diferenciàndonos de los condicionamientos recibidos en la infancia y de aquellos del mundo que nos rodea en este momento, es como dar un salto al vacio. Es el salto, o los pequenios saltos que podemos dar, pasos evolutivos que nos acercan a vivir manifestàndo lo que realmente Somos.
Caminar con conciencia hacia nuestra Esencia no evita el sufrimiento, pero en general las dificultades son resignificadas, reconocidas y transformadas màs facilmente que cuando nos hallamos lejos de nuestra real naturaleza.
Siempre que tenemos el coraje de escucharnos y de “sacar afuera lo importante que esta escondido dentro,” como dice Maslow ,vivimos guiados por la ley de nuestra verdad. Iremos asi dando forma a nuestras inclinaciones mas naturales e iremos cumpliendo con esa sagrada tarea de permitir que nuestra Esencia se transparente en la existencia. Reconoceremos esta transparencia porque produce una profunda satisfacción que no tiene que ver con el reconocimiento que nos viene del exterior.
Es un vivir recreàndose, en ambos sentidos de la palabra simultaneamente: crear y gozar. Es tener el coraje de vivir en el instante, viéndose y redefiniéndose permanentemente, pues no somos algo predefinido sino un río que corre: el famoso panta rei de Heráclito. Mientras caminamos “dándonos forma en movimiento” podremos sentir ecos de algo aùn más profundo, más abierto y libre: el Silencio del Ser que Somos y que nos acompania desde siempre.